La especialista del laboratorio de pruebas «Centro de Evaluación de la Calidad de los Granos», Diana Smirnova, explicó cómo la harina y los cereales se vuelven peligrosos de manera imperceptible.
Deben almacenarse en lugares secos y frescos. En los productos ocurren procesos imperceptibles.
«Si la oxidación se puede percibir en el sabor, la acumulación de micotoxinas a menudo pasa desapercibida externamente, aunque puede tener manifestaciones evidentes como el moho», explicó la experta.
Smirnova señaló que el tamizado y el tostado no ayudarán a eliminar los insectos de la harina. También recomendó almacenar tales productos en recipientes herméticos.