Coni Lloyd nació en el 2008 como un bebé completamente sano, excepto por una cosa. Tenía una mancha roja en la nariz que los médicos diagnosticaron como una hemangioma. Le recetaron tratamiento y aseguraron a sus padres que todo saldría bien.
Desafortunadamente, el tratamiento no funcionó y la mancha creció, transformando la nariz de la niña en una nariz de payaso. Durante los paseos, la madre de Coni intentaba cubrir a su hija o caminar en lugares desolados, ya que la gente siempre quería mirar y se burlaban de su «nariz de payaso».
Tardaron tres años en encontrar a un especialista que aceptara resolver este problema. Finalmente, la búsqueda tuvo éxito.
Después de la operación, los padres y Coni no pudieron contener las lágrimas de felicidad. Antes de la operación, la niña ya había crecido y entendía que la gente la veía como diferente, y estaba muy preocupada al respecto, siempre cubriendo su nariz con la mano.
Pero todo cambió gracias a los médicos experimentados. Ahora, solo queda una pequeña mancha que recuerda el pasado.